Es una colección de piezas cuidadosas y llenas de matices accesibles y directos en la que la tranquilidad es la palabra clave. Atmósferas que llenan espacios en medio de riffs crimsonianos de guitarra, sabiamente guiados por esos dos maestros de la rítmica como lo son Levin y Harrison.
La voz de Jakko por momentos recuerda a Greg Lake e invoca momentos memorables en canciones como 'The Price we pay' o la que le da nombre al disco, hermosa balada que demuestra que la influencia del proyecto No-Man de Steven Wilson, está presente. Tiene referentes a la onda Canterbury del rock inglés, con improvisaciones de jazz y por momentos el fantasma de Hatfield and the North y Gong revive. Interesante, pues ahora es Fripp quien se nutre del pasado para plasmar quizá su mejor trabajo desde la trilogía de los ochenta: 'Beat', 'Discipline' y 'Three of a Perfect Pair'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario