miércoles, 24 de octubre de 2012

'la Gran Miseria Humana


Al hacer este preámbulo pensaba yo en un leproso muerto en 1920 en Soledad (Atlántico) a la temprana edad de 28 años. Se llamaba Gabriel Escorcia Gravini y había compuesto en octosílabos perfectos 'la Gran Miseria Humana'. Y entre los muchos vates cultores del metro de ocho sílabas, reflexionaba en uno recién conocido, José Atuesta Mindiola, y en todos esos que llanamente se denominan decimeros: poetas populares cuyo primer propósito es derrotar el olvido con las armas de la estética verbal. Porque una cosa se revela como verdad evidente: decimeros como Atuesta Mindiola, herederos conscientes o inconscientes de Escorcia, lo que realmente quieren es narrar para la memoria y la mejor fórmula con que asaltan el olvido es el octosílabo. Porque este formato reviste a la narración de cierto prestigio misterioso y de ciertas propiedades mnemotécnicas.




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